Certificar la calidad, capacidad y competencia en el ejercicio de la profesión es el objetivo de la certificación profesional. En un sector liberalizado y de máxima competitividad como el nuestro, la certificación se va introduciendo en el mercado español como un elemento distintivo, un valor diferencial, una especialización o acreditación de la valía profesional en diferentes ámbitos de la actividad. Al tiempo, equipara nuestra situación en el mercado internacional, tratando de facilitar la movilidad profesional, pues el sistema de certificación está ya totalmente implantado en otros países.
¿Y cuáles son los factores que determinan la valía profesional? La experiencia, la formación, las habilidades innatas o adquiridas, van determinando un perfil y una valía o calidad profesional, centrada en un ámbito de la actividad en concreto, o en varios. Esta competencia, diferenciadora en el mercado, hoy puede acreditarse, presentarse o promocionarse ante empresas, instituciones, licitaciones o particulares, nacionales o internacionales, con la certificación profesional.
Con ella, los profesionales pueden mejorar su competitividad en el mercado local, ampliar y acreditar sus áreas de especialización y optar a trabajos internacionales que requieren dicha certificación.